De entre todas las campañas de tráfico para disminuir los accidentes, elegir alguna que impacte, es difícil, estamos tan acostumbrados a imágenes duras, que recordar más allá de unos meses, es realmente complicado.
Pero lo cierto, es que muchas campañas de prevención, van siempre un poco más allá, y este verano, en unos anuncios, si me han provocado una sensación que conozco muy bien, de malestar, de tristeza, ya que a mi modo de ver y sentir, llegan donde deben llegar, aunque se que es insuficiente.
Los anuncios son simples, uno, el que más me ha impactado, se ve a un padre con su hijo, y el hijo preguntando si hoy le llevará a la escuela su madre, el padre diciendo que no, que ella no está, y el niño sigue preguntando por los dias siguientes, hasta que el padre se pone a llorar. El anuncio dice que hay algo peor que perder a alguien querido en un accidente: ser el culpable.
No voy a entrar en que es peor, sólo se por la parte que me toca, que tal vez sea peor perder a alguien querido en un accidente, y ni estar ni poder hacer nada por evitarlo, como me pasó a mi hace 10 años. Son cosas que marcan para toda la vida, y dejan una huella imborrable, algo que recuerdo cada día, y que mucho me temo, anuncios y campañas como esta, tampoco van a conseguir evitar lo suficiente en el futuro para otras personas.
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