Los extremos en la obsesión que para algunos se ha convertido la seguridad, con la instalación de cámaras de vigilancia, ofrece este resultado en Inglaterra. Una cámara de vigilancia por cada 14 habitantes.
Cuando lei el libro 1984, siempre pensé que algo de ese estilo era imposible, y aunque en muchos aspectos lo es abiertamente, en otros, como un determinado nivel de control, a veces podemos incluso pensar que el autor se quedé corto.
Ya en cualquier parte estamos acostumbrados a ver cámaras de vigilancia y ni les prestamos la menor atención, no tengo ni idea de la cantidad de veces al día que podemos llegar a ser grabados sin ni siquiera enterarnos.
No me gusta esta situación, por más que se que la unión de diferentes grabaciones y su detallado estudio ha permitido resolver más de un caso policial. La frontera entre el buen uso y el abuso a veces puede ser tan pequeña...
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