Y el cambio en las apariencias, el hecho de que alguien afroamericano, para ser políticamente correcto, sea el nuevo presidente, supone un cambio real, por mucho racismo subyacente que pueda haber, es algo trascendental, y aunque sea intangible, una barrera racial se ha roto hoy. No hace tanto era casi impensable algo así.
A ver lo que nos espera!

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