Nunca he ocultado que mi mayor placer en mi vida son los momentos que disfruto con mi hija. No deja de sorprenderme, día a día, pero hay cosas que son superiores y la ponen en un plano que con orgullo digo, me conmueve, sorprende, y alegra, ver no sólo su corazón, sinó como lo transmite, como adora a la madre de su madre, y como le transmite...
Resulta que por las circunstancias que le tocó vivir, a la madre de su madre no la enseñaron a leer y escribir, nada fuera de lugar en la gente nacida en pueblos en el año 35, y por más que su hija sea licenciada en hispánicas, nunca quiso que la enseñara, sentía verguenza...
Hoy mientras celebrábamos el día de reyes, comiendo los 4, mi hija me ha explicado como está enseñando a escribir a su abuela. Lo que no consiguió su madre, lo está consiguiendo mi hija.
Lo admito, con lágrimas en los ojos, mi admiración por mi hija, que aún no tiene 13 años, no tiene límites, y me transporta a la época en la que su abuela nació y no tuvo la suerte que si tuvo mi madre, un poco mayor, de poder vivir la expansión de la revolución escolar que trajo de su mano la segunda república. Por ello, probablemente, no haya mejor canción para acompañar el momento que esta canción de Barricada, dedicada a los maestros de la segunda república, represaliados sin límite por el franquismo, pero que tanto dieron por la gente de nuestro pais.
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