Hace días que tenía pensado escribir esto, y ahora que vamos a compartir otro fin de semana, plasmaré uno de esos momentos que nunca quiero olvidar.
Un fin de semana con mi hija, a ratos le echo una mano con problemas de matemáticas, de ordenadores, y varias cosillas. Le queda lo más tedioso para el domingo, leerse un libro en inglés e ir anotando el vocabulario que aprende. No quiere salir a pasear porque sabe que le queda libro. Yo la animo a que los dos leamos en una terraza, ella lo suyo, yo lo mío. Lo acepta, y salimos a pasear un rato y sentarnos en una terraza. Como ella no para de preguntarme cosas, desisto de mi lectura, se adueña de mi blackberry, me hace ponerme la conexión de la empresa, y así poder ir consultando el vocabulario en un diccionario on-line.
Ella con su fanta, yo con mi inseparable voll-damm. Mira la lata de la fanta, comenta que es más grande que las otras (350cc frente 333), le hace gracia el cambio, empieza con las conversiones que si centímetos cúbicos, mililitros, centilitros, litros... pocos días antes fui a su casa a echarle una mano en esto.
Lee algo de la lata, saca una servilleta de papel (seguro que recordaba un juego que le dibujé yo otro día) y me pone un problema de matemáticas... si una lata tiene el 9% de las calorías necesarias diarias, cuantas latas necesitaría para un día? Pero debo resolverlo como les dice el profesor, no con una regla de tres, sinó con proporciones...
Por encima de la facilidad que tenía para mi, lo sorprendente, lo bueno, lo agradable... es que una vez aprende algo, pasa a un nivel superior asimilándolo y sabiendo poner problemas. Que ratos tan agradables compartimos! A ver cual será la sorpresa o sorpresas de este fin de semana.
1 comentario:
Sabes que me gusta esto, sí sabes :-)
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