Una tarde calurosa, húmeda, de estas tan típicas del verano en Barcelona, después de hacer alguna cosa que necesitaba para reparar un problema, tras llegar a casa con todo el sudor encima, en lugar de ponerme manos a la obra, preferí seguir uno de mis ritos, irme a una terraza a la que parezco estar abonado, escuchar música, mi libro de turno, y tomarme un par de voll-damm.
Llego, busco una mesa, y me quedo situado de cara a la entrada del bar, con vista a toda la barra. Sin necesidad de pedir, como ya me conocen bien, me traen mi voll-damm sin copa, para beberla directamente de la botella y me pongo con lo mío, con la lectura y las 'degustaciones'.
Al fondo de todo de la barra, está sentada en un taburete una chica, aunque de lejos no puedo distinguir muchos detalles, me parece muy del estilo que me gusta, y sobretodo, lo más interesante, está degustando una voll-damm como yo, sólo que ella en copa. La miro sonriendo, pero cautelosamente, no quiero pensar que sea alguien relacionado con un trabajador del bar y ser algo inoportuno. Conforme pasa el tiempo, avanzo en mis páginas, entre trago y trago, sigo echando vistazos, miraditas...
En una de esas, veo que se pide otra cerveza... pero le traen una estrella dorada. No se porqué, intuyo que se les han acabado, y no podré yo tampoco repetir... Cuando le hago el gesto al camarero de que me traiga otra me hace señales con la mano diciendo que no... y mis presentimientos se cumplen, toca estrella. Sin reparos, no es mi querida voll, pero no está mal. No puedo evitar mirarla más a menudo, y sonreir más. Se puede decir que estamos compartiendo las desventuras de que en el bar se hayan quedado sin voll-damm. Por un lado mi imaginación empieza a dar vueltas, y pienso para mi, en pasar a su lado, y decirle perdona, yo me pedí la última voll-damm y te he privado del placer de saborear otra. Me imagino multitud de diálogos, situaciones, me parto de risa yo solito.
Cuando ya doy por terminada mi sesión de lectura (no muy intensa, con tanta distracción) me acerco a la barra a pagar, comentamos la jugada con el camarero a iniciativa de él, yo le digo que ya me lo imaginaba, porque me había fijado en la chica de la barra, mirándola, y me quedo un tanto cortado. Al pasar a su lado...
2 comentarios:
joder tío ¿cómo sigue?
el tronco ;-)
jajajaja :-P
¿y cómo son las del tipo te gutan? :-P
Y ya más, dime que de verdad no es cierto que le entrarías así, ¡dime, dime, dime!!, asombrado me has!!!!!!! :-P
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