"Cuando un imputado recibe en prisión la visita diaria de una corte de
abogados de minutas millonarias, la mayor parte de los cuales no están
personados en ninguna de sus causas, sin limitación de tiempo, sin
control de sus actividades reales, hay quien quiere pensar que está
asesorándose para su mejor defensa. Algunos no lo creen y deciden
investigar. No hay mucha gente que se atreva a hacerlo. Casi nadie. A
partir de hoy, mucho menos."
El artílculo completo, vale la pena, en El Pais
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