Reproduzco un titular de El Periódico de hoy que me ha incitado a leerlo, y rápidamente me ha indignado la situación que describe. Se trata de un artículo de Luis Sepúlveda, escritor, que narra las desventuras y arbitrariedades de una chica que con todos los papeles en regla, prepara su viaje de 15 días a España para ver a su padre, y se dirige al consulado de Quito par obtener el correspondiente visado.
La historia no tiene desperdicio, es tan ridícula la situación, y la mentalidad de los funcionarios, y sobretodo, su capacidad de decidir basada en la más pura arbitrariedad, que me da puro asco, más si cabe del que ya me daba, la ridícula ley de extranjería, tan inútil como en un primer momento, tan retocada, y que permite arbitrariedades como estas o como que inmigrantes ilegales sean trasladados por la policía a otras provincias distintas a las de donde han sido acogidos, para trasladar el problema a otro sitio, y ocultar la inoperancia de la ley y de los que la aplican.
Aquí está el enlace al artículo de El Periodico
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