lunes, diciembre 11, 2006

Llegó su hora

Un motivo de alegría ayer, la noticia de la muerte del ex dictador chileno, Pinochet, me hizo aparecer una sonrisa. Aunque no se haya podido hacer justicia, y no haya sido juzgado por sus crímenes, el mero hecho de su desaparición, ya es algo.

Es triste que muchos dictadores y criminales mueran sin haber podido ser juzgados por sus crímenes, pero con él ya se ha iniciado un camino hacia la persecución de los dictadores, donde han quedado en evidencia algunos políticos, como el inglés Jack Straw que se opuso a su extradición a España cuando se le reclamaba por vía judicial.

A ver si tras casos así, podemos ver como acaban siendo condenados algunos criminales que han llegado al poder como 'salvadores' cuando lo único que han pretendido a sido imponer una sangrienta dictadura.

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