Anoche un gran doble concierto. Robert Cray me cautivó ya hace bastantes años, y esta vez no me lo pensé dos veces, un sitio pequeño y acogedor como la sala Apolo es de lo mejor para disfrutar de un gran maestro del blues.
Puntualidad para una banda telonera que valió la pena de verdad, unos desconocidos para mi, pero que tendré que buscar su discografía por estos mundos: Shemekia Copeland Band. Su cantante, una chica negra con una voz impresionante, se metió al público en el bolsillo en cuanto empezó, y la verdad es que la banda acompañaba muy bien. Algunos esfuerzos por expresarse en castellano y conectar mejor con la audiencia en una lluviosa noche, en todo momento muy comunicativa y con su voz nos ganaba a todos en cada canción. 45 intensos y bellos minutos.
Tras una breve pausa, Robert Cray, sencillo, al escenario, acompañado de su banda, teclados, bajo y batería. Para una buena noche de blues, nada más hace falta si los músicos viven la música de ese modo. Y es lo que tiene el blues, que es vida, emociones. Robert Cray tiene un toque de guitarra acompañado por su voz muy peculiar, y en muchas canciones tengo la sensación que literalmente está cantando con las cuerdas de la guitarra. Y así fué, un celebrado concierto, una noche de blues con mayúsculas. Lo mejor es disfrutarlo, y aquí dejo un fragmento de como empezó el concierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario