Esta viñeta refleja claramente dos cosas: que siempre lo más importante es la información no filtrada convenientemente, y que la culpa de la mala imagen (dejémoslo así de suave) de Israel en el mundo, es lo que hacen, no que se divulgue. Si no tuvieran miedo a que se pueda ver mal lo que hacen, no tendrían reparos en que la prensa pudiera ver la realidad.
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