Es un tema que he comentado alguna vez, no se si aquí o en otro blog, pero si recuerdo haberlo comentado en especial con alguien de otro blog, si me lee ya sabrá ;)
Muchas veces en la vida vamos como llenando la mochila que llevamos a cuestas, la mayor parte de las veces son cosas inmateriales, pero tantas veces parece que si no haces algo que físicamente sea en realidad otra descarga de peso, no pudieras acabar de liberarte de ese peso inmaterial.
Hace no mucho, me desprendí sin más de un peso de estos inmaterial, y tan tranquilo, hay gente que si bien en un momento dado te pueden parecer alguien que tiene mucho peso específico, en cuanto te paras a pensar, son menos que una pluma mecida por el viento. Y aun siendo así, y sintiéndote muy bien, resulta que cuando desprendes algo material, que en realidad no lo llevas a cuestas, pareces aún más ligero.
Y es curioso, porque a veces parecen encadenarse las buenas sensaciones, que incluso acaban materializándose en hechos. Se me hace un tanto complicado explicar, pero a veces tengo la sensación que algo que en un momento ha sido bueno, en el transcurso del tiempo y en su desarrollo se acaba convirtiendo en lo contrario, en lugar de atraer cosas buenas, acabas atrayendo las malas y negativas parece, y cuando te desprendes de esa minúscula pluma, pareces emprender un nuevo vuelo, que invita a cambios en los que te sientes mejor.
Al final, sin pretenderlo, parece que haya que agradecerles a esas personas desaparecer, igual es el propio proceso en el que uno entiende como algo o alguien puede convertirse en lo contrario de lo que era, el que nos permite avanzar firmemente esos pasos que cada día damos.
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