A veces uno siente vergüenza ajena de algunas declaraciones. Este pasado fin de semana Duran-Lleida se llevó la palma, en el calibre de su metedura de pata en el contexto, y en lo que ha seguido.
Conste de entrada que el camino en el campo, como en tantos sitios, no es convertir ayudas puntuales en modo de vida, deben ser eso, en todos los sectores, ayudas en momentos concretos, ya que lo realmente importante es promover el desarrollo económico. El eternamente viejo pero útil símil de si darle pescado a alguien para que coma o enseñarle a pescar.
Dicho esto, el error de Durán es grave, ya que parece ser algo planteado sobretodo en clave interna, y por más que se disculpe y luego quiera matizar sus palabras, me suena todo a 'bla bla bla'.
Lo realmente grave no es que Durán metiera la pata y como le han respondido, alimente los sectores anticatalanes, para mi lo más grave son los que le aplaudieron a rabiar cuando dijo eso. El se ha disculpado por lo que dijo, pero hay algo de disculpa en quienes le aplaudieron?
Es para mi un caso como el del anterior consejero de transportes de Madrid, que metió la pata a lo bruto en la asamblea madrileña, y lo peor, como señalé, fueron los aplausos cerrados de los suyos.
Es muy lamentable que todo se vea con el escaso por no decir nulo, criterio propio, no aplaudir simplemente porque lo dice uno de los tuyos... lo importante es que lo que diga sea bueno y acertado, aplaudir a quien mete la pata por ser suave, es compartir, se cómplice de eso.
Muy mal Duran-Lleida, si, pero mucho peor quienes le aplaudieron y esos si que no van a disculparse. Esto para mi es simplemente no admitir error alguno, sólo admitir la inoportunidad de lo dicho.
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