Siempre he defendido que el camino es la base para llegar a cualquier sitio, hacerlo de un modo ayuda a construir una cosa, de otro modo, otra muy distinta. Si construimos sobre la base de la fuerza, sobre la muerte, lo que construimos no se ajustará al respeto por los demás.
El problema de Gadafi, no ha sido sólo estos últimos meses, cuando reprimió brutalmente lo que empezó como protestas. Lo grave fue lo de antes, como en diferentes momentos, tuvo la simpatía o complicidad de muchos otros paises, que por intereses, le apoyaban, al margen de principio ético alguno. Y esto pasa con otros paises, obviamente.
La OTAN, con el paraguas de la ONU intervino en Libia, con un mandato claro: evitar las matanzas del régimen de Gadafi. Ya dije en su momento que no compartía la intervención, sin cuestionarse lo hecho antes, me parece muy cínico y oportunista. Lo peor ha ido viniendo luego, al ver como los aviones actuaban no contra gente pacífica, pero si contra grupos de afines a Gadafi. Las acciones del CNT venían precedidas de bombardeos. Y habiendo un embargo de armas... se les armó impunemente. No me gusta esta forma de hacer las cosas.
Tampoco me gusta ver como se ha ejecutado-linchado a Gadafi. No por simpatía alguna, sinó por las formas, los dictadores, igual que cualquier criminal, deben acabar en manos de la justicia. La ley del talión no sirve, es algo que no construye nada bueno. Y lo que es peor, los deseos de venganza no se han centrado en él, sinó en todos quienes le han apoyado. Escenas de linchamiento, han sido demasiado habituales. Si quieren construir una nueva Libia, mucho deberán cambiar. Con la ayuda interesada de Francia, EEUU, Qatar... los que más se han implicado con papeles muy bien repartidos, en este cambio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario