Hoy podría escribir sobre muchas cosas, y sin embargo, una noticia que seguramente pasará sin pena ni gloria en estos momentos me ha entristecido un poco. A finales de Mayo el Concorde dejará de volar definitivamente. Para mi es todo un símbolo, recuerdo cuando siendo pequeño se anunció el proyecto, y salieron los juguetes a escala, imitándolo. Para mi tenía su atractivo, me gustaba y jugué mucho con ese avioncito que tenía un curioso morro que se podía levantar o retraer. Un avión distinto a todos, para pasajeros y que sería el más rápido del mundo... Haberle visto despegar y aterrizar alguna vez, con su enorme estruendo, no deja de ser algo muy impresionante y que pronto pasará a mejor vida. Sus datos eran para finales de los 60 impresionantes, iría a cerca de 2.000 Km/h, volaría a 17.000 metros, y cualquiera se podía sentir cautivado de esa imagen. En el recuerdo queda su terrible accidente en Paris de hace unos pocos años, con imágenes realmente impresionantes que todos pudimos ver. Pero para mi siempre tendrá un rinconcito en mi memoria que me transporte a mi juventud y a esos juegos con la maqueta que hacía un ruido diferente a todos los demás aviones a fricción, que le daba más realismo.
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