Siempre pensé que hay órdenes que un ejército, mandos, soldados, nunca deben obedecer. De hecho, nuestra constitución, ampara no obedecer órdenes claramente anticonstitucionales.
En otros paises no hay un amparo como aquí. Pero aún así, siempre he pensado que si me ordenaran disparar contra mi propio pueblo, me rebelaría, no obedecería o incluso dispararía contra quien me hubiese ordenado eso.
Ahora, leyendo la represión de Birmania, ver en una noticia que varios generales y varios cientos de soldados, han sido arrestados por negarse a disparar contra monjes, me hace sentir mejor, ver como alguna gente, a pesar de todos los riesgos que asumen, no hacen cosas que rechazan profundamente. Bravo por ellos.
En El Mundo.
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