No puedo decir que me alegre de la muerte de alguien, pero ver que por fin ha terminado el sufrimiento de la familia de la chica italiana, Eluana, tras estar 17 años viviendo como un vegetal, es para mi un motivo de pensar en que por fin sus padres y su familia van a poder si es que se puede, retomar su vida.
El derecho a una vida digna, a una muerte digna, no pasa por estar viviendo como un vegetal durante tantos años sin posibilidad alguna de cura ni mejoría. Y lo que es peor, atando para siempre a su familia, que sin desear que muera una hija, no les queda otro remedio que batallar para poner fin a este absurdo.
Absurdo es que se mantenga en vida a alguien sin posibilidad de recuperación, absurdo es que un gobierno, cuando ya hay una sentencia judicial firme para que pueda acabar esto, quieran gobernar tirando de decreto, para impedir que pueda llevarse a cabo la voluntad de la familia, refrendada judicialmente.
Ante estos temas, siempre me ha producido repelús toda esa gente que quieren estar por encima de todos e imponer sus leyes. Tantas veces recuerdo esa genial obra que vi interpretar a Flotats hace unos años "El dret d'escollir" o algo parecido, que traducido sería "El derecho de elegir". Elegir como morir, como vivir dignamente.
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