Por lo que he ido leyendo y visto en la tele, el éxito de la cacerolada esta noche en BCN y en muchísimas más localidades de Catalunya ha sido rotundo. En todos los barrios, y con algunas pequeñas concentraciones de gente se ha notado la protesta, acompañada de algunos cohetes, petardos y el sonar de las bocinas de los coches.
Quedan atrás las imágenes de un vandálico asalto a un conocido centro comercial, y de la agresión con huevos al candidato del PP a la alcaldía de BCN, algo que mucha gente dice que no es tan grave, a fin de cuentas no es lo mismo recibir huevos que recibir bombas y misiles, cuando gente como él han elegido que caigan sobre gente de Irak.
Y enmedio, las burdas explicaciones sobre el impacto de uno o dos misiles en la zona comercial de Bagdad, que algunas fuentes atribuyen su responsabilidad a los propios irakís. Me recuerda esta perversa interpretación a la misma que dieron los serbios respecto a Sarajevo, donde acusaron de la matanza en el mercado a los propios bosnios.
Aunque el detalle para mi más bonito del día, fué que al llegar a casa, le propuse a la niña que pintáramos nosotros nuestra pancarta sobre una sábana vieja, con el símbolo de estos días de la prohibición a las bombas, tal como lo tenían en un balcón enfrente de casa. Le pareció muy bien y nos pusimos manos a la obra con muchas ganas, aunque no se si le hizo más gracia pintarla o el momento de colgarla en el balcón. Seguro que mañana al ir a la escuela querrá verla desde debajo de casa.
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