martes, enero 13, 2004

Empresas y estafas.

Una de las primeras medidas comentadas por el nuevo gobierno de la Generalitat tiene que ver con las empresas. Una filial de la empresa Philips va a cerrar una planta en Catalunya, dejando en la calle a 100 trabajadores. No es por falta de rentabilidad, sinó por la política de ir a por mayores beneficios y reubicar la empresa en otro pais donde la mano de obra sea más barata.

Es lícito que las empresas hagan esto? Por supuesto, no es ninguna novedad. Entonces, el problema? Muy simple. Buena parte de las empresas se han establecido en algunos sitios por acuerdos con diferentes gobiernos y corporaciones locales, con grandes ayudas económicas o fiscales. Algunas incluso han sido saneadas con dinero público para luego una vez rentables y saneadas, venderlas a otra multinacional (SEAT-Volkswagen, por ejemplo). Y tanto políticos como empresarios, siempre han salido impunes de estas situaciones moralmente reprobables. No se puede subvencionar a una empesa para instalarse y luego financiarle el cierre, como ha estado haciendo la Generalitat en la época de CiU. Así que me alegro mucho de palabras como las de Carod-Rovira de que se ha acabado la impunidad empresarial.

En este caso de Philips, los sindicatos aplauden las medidas adoptadas por el gobierno, y puede que Philips deje de ser un proveedor para algunos organismos por esta razón, como un boicot a una empresa que se salta a la torera los procedimientos que hay en un pais. Ya una empresa lechera sufrió no hace tantos meses un boicot en Catalunya, por una decisión empresarial que reconsideró rápidamente. Me alegro que se acabe o se le pongan peros a esta ley de la selva donde tan cómodamente se mueven las empresas a sus anchas sin control alguno.

Porque si se permite que hagan lo que les da la gana, luego nos extrañamos de casos como Enron hace un par de años en los EEUU, Parmalat ahora mismo en Italia, o el mismo Banesto de Mario Conde no hace tanto. Peligro corre también otra gran empresa, Adecco, siempre por lo mismo, por la no ya mala gestión, sinó por falsear cuentas y directamente robar a la empresa. Muchos acaban impunes, otros por suerte no, y a ver si se acaba ya con estas impunidades.


PD: en los comentarios me han hecho referencia a otro artículo de la estrella digital donde Manuel Martin Ferrand trata este tema pero con un enfoque muy distinto, calificando la actitud del conseller de industria de 'matonismo' por 'amenazar' a la empresa con no comprar sus productos. Pues bien, yo me reafirmo en lo dicho, y con más fuerza si cabe, basta ya de plegarse a los caprichos de las empresas, porque no es un problema de inviabilidad el cierre, sinó de querer mayores beneficios. Hasta cuando debemos tragar con todos los abusos de las empresas, que primero reclaman ayudas para instalarse y luego para largarse, financiando los despidos con el dinero de todos? No, basta ya, y por eso me alegro de este nuevo aire que tenemos en Catalunya, donde por fortuna puede empezar a ponerse freno a estos abusos empresariales.

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