lunes, julio 10, 2006

Una gran noche

Sería la mejor forma de describirlo. Ya para llegar al sitio, fuí en metro, y a la salida, tuve la convicción que otro al que adelanté caminando y que también salía de allí, iba al mismo sitio, era un presentimiento, no es que reconociera la cara al 100%, pero tampoco quise decir nada, y fuí a mi paso. Como es habitual en mi, llegé unos pocos minutos antes de la hora, y el primero. Así que a esperar en la zona ajardinada de la puerta.

Al primero que vi llegar, fué a quien me resultó familiar en el metro, efectivamente, era uno de mis antiguos compañeros. Entonces si que nos reconocimos, y aparte de empezar a comentar algunas cosas, empezamos al juego de a ver quien reconoce a quien conforme iban llegando el resto por el camino, tampoco podía ser tan complicado, todos de la misma edad, unos meses arriba o abajo. Con alguno fallamos, pero a pesar del paso de tantos años, prácticamente todos nos reconocimos a la primera.

Cuando ya estábamos todos, subimos al salón que teníamos reservado, y continuamos las charlas, donde lo más normal era estar un rato en un corrillo, luego en otro, y así irnos cambiando de sitio todo el rato, recordando tantos y tantos momentos, y hablando sobre nuestos últimos 30 años... La foto de rigor de todo el grupo, algunas que hicimos también algunos, y sobretodo muy buenos ratos.

Fué todo un gustazo comprobar que tras 31 años, si, al final me lo admitieron, tenía yo razón, el buen rollo entre todos seguía existiendo, más de una vez no tuve la sensación que hubiese pasado tanto tiempo, las afinidades me parecieron mantenerse intactas.

La mejor conclusión, fué la de que debemos intentar cada año, por estas fechas más o menos, volver a vernos, e intentar que puedan estar también quienes por distintos motivos no pudieron asistir.

Me sorprendió gratamente no ser el único que no tiene ni coche ni carnet de conducir, aunque si hubiera un premio a la originalidad, me lo adjudicarían igual como me dijeron, por mi coleta. Muchas pequeñas y agradables sorpresas y muy buenos recuerdos, y está claro que no dejaremos pasar tanto tiempo, y muy probablemente, algunos nos vayamos viendo más a menudo, a fin de cuentas, en 500 metros a la redonda de donde vivo, viven 3 más.

Buenos recuerdos, y una cosa buena, creo que fué no parecer abuelitos contando batallitas.

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