Después de ver la foto que publicó en portada el miércoles de la semana pasada algun periódico, y que dió paso a que ya no se le pudiera ver más, era evidente que el desenlace final era sólo cuestión de días. Y así ha sido, hoy, esta madrugada, el entrañable gorila albino del zoo de Barcelona nos ha dejado. Se había convertido en un símbolo de la ciudad.
Recuerdo que no hace tantos días, fuí con mi hija al zoo a verle entre otros animales, aunque tuvo que ser lo primero que fuimos a ver, ella también sabía que estaba a punto de morirse y lo quiso ver ante todo. Esta tarde se lo tendré que contar... Glups.
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