Este será el primero de 3 escritos que haré con este título, supongo que aproximadamente uno por semana. Mi idea es ir introduciendo una serie de reflexiones personales que no tienen nada que ver con el momento. No es ni que esté hundido, ni decepcionado, ni triste ni nada por el estilo, es un tema al que llevo días dándole vueltas a partir de varios comentarios y posts que he leido en otros blogs. He pensado bastante sobre el tema, pero a la hora de escribirlo, ya veremos como saldrá. No pretendo generalizar nada, son sólo reflexiones entorno a mi vida y a algunos aspectos de ella.
De entre las decepciones que han marcado mi vida, hay muchos ámbitos, pero empezaré por las del entorno en general. Y lo cierto es que alguna decepción muy grande me he llevado y que ha dejado huella. Digamos que desde bastante jovencillo me sentí muy comprometido con muchas causas para mi justas, viví la caida del franquismo y con ella toda la sensación de que aunque con muchas dificultades al principio, se podrían cambiar cosas y podríamos mejorar. Una de las luchas que más recuerdo, fué toda la larguísima campaña contra la OTAN, que empezó cuando Calvo Sotelo en el más puro estilo franquista, nos metió sin más de pleno. El PSOE con su tibia respuesta con ese 'OTAN de entrada no' ya apuntaba a no ser ninguna garantía, recuerdo aún esas palabras de Felipe diciendo que si entrábamos por mayoría simple podíamos salir por mayoría simple. Seguía siendo tibio, pero las elecciones del 82 daban la esperanza de que se convocara el referéndum y se pudiera decidir que no queríamos pertenecer a la OTAN.
Con su entrada al poder, llegó pronto el bluf de Rumasa, 'vendido' como nacionalización y que no era más que un pacto con los 7 grandes bancos para apartar a quien les empezaba a hacer sombra... y el referéndum no llegaba. Yo me metí de lleno en la campaña, y esto me llevó a participar como orador en mítines, charlas, debates, ser entrevistado en la tele, candidaturas en elecciones... Si, me impliqué mucho, muchas ilusiones de trabajar por un mundo diferente, estaba en un grupo de los pequeños, de los rojos-rojos (ideológicamente no creo haberme movido de ahí, pero aclaro, nunca tuve simpatía alguna por el régimen soviético). Mi vida por completo giraba entorno a mis actividades, viviendo en precario, pero siempre fiel a mis ideas, aunque tuviera que ser el primero en abrir una discusión y exponerse a la mayor metedura de pata, nunca le tuve miedo a eso.
En esas, ya un tanto distanciado, por ver que precisamente todo lo que se criticaba de las corruptelas del PSOE y no hablo de las del hermanísimo, fuí viendo como también en estos ambientes había cosas raras..., me plantearon un reto nuevo, preparar un debate entorno a un tema internacional nuevo, la 'primavera de Pekin', justo antes de la intervención del ejército chino con la consiguiente matanza. El día antes del debate, donde yo iba a ser el principal orador, nos dicen, se desconvoca, antes debemos discutirlo entre nosotros (el ejército chino había provocado la matanza). Y eso fué para mi la gota que colmó el vaso: para ese crimen no había disculpa alguna válida, si se rechazaba la intervención en Hungría, en Checoslovaquia, porqué se iba a 'perdonar' la china? Dije basta, y aunque me costó, tomé una de las decisiones de las que más orgulloso me siento en mi vida: dejarlo por completo, y ser coherente conmigo mismo harto de hipocresía y mentiras en quienes se llenaban la boca criticando eso.
Esta fué una de mis mayores decepciones, algo por lo que has creido y luchado durante mucho tiempo, y ves que en el fondo es igual al resto... Decepciona y mucho, y esto me ha llevado a no querer comprometerme con ninguna organización, a ir por libre, decepcionado de que en todas partes se repitan los mismos esquemas de corruptelas, aunque no sean por dinero, si por miserables 'privilegios'.
Abatido? No, el convencimiento de que hice lo correcto no me dejó hundirme, preferí estar solo que mal acompañado, y sólo así pude recomponer mi vida y salir adelante.
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