No lo tenía en mente, pero buda me ha emplazado a ello, así que contaré algo.
Celebré mi cumpleaños de un modo muy distinto a los anteriores, y de un modo un tanto atípico, las felicitaciones empezaron ya el mismo viernes, algunas en público y que me gustaron, no diré cuales, son obvias las dos tan especiales, que poco puedo decir más. Luego el teléfono, msn y el móvil se encargaron de recordármelo muchas veces, incluso con algún sms madrugador que me despertó. Comida con mi hija y mi ex, en un restaurante, para celebrarlo, algo que nunca habíamos hecho. Su regalo me lo dieron el jueves y algo muy oportuno para mi piso.
Luego ya entrada la tarde, a buscar el tren para econtrarme con buda y parte de su familia, para pasar un rato agradable con sus preciosa sobrina, y luego a ver el partido de fútbol. Lo cierto es que K y yo pasábamos bastante del partido, muy en nuestra charla, pero lo disfruté, en particular, cuando para pincharnos él dijo que del 2-0 no pasaban, y nos jugamos un euro, y zas, a los dos o 3 minutos de formalizar la apuesta, llegó el tercero. Aproveché para llamar a mi hermano pequeño, que vive en Irlanda y vive el Barça con una pasión que no comparto, pero era un buen momento para hablar y celebrar la ocasión. Continuamos luego nuestra fiesta unas horas más, un día que sin hacer nada fuera de lo normal, lo defino como bonito y digno de recordar.
El domingo un poco flojillo, pero bien, eso si, me di un buen hartón de plancha, porque no me quedaba camisa alguna para hoy ir a trabajar. Podría extenderme mucho más, contar más cosas, algunos detalles muy bonitos, pero prefiero dejarlo así.
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