He leito atónito el siguiente titular de una noticia: "Querella criminal contra una empresa que obliga a su plantilla a trabajar 63 horas semanales" Y realmente al seguir leyendo, he visto hasta donde llega el fondo de esta noticia: una empresa lleva 3 años empleando a unos 500 trabajadores, de modo que su jornada laboral es de 63 horas semanales, con turnos de 11 horas al día entre lunes y viernes y 8 horas los sábados. De esta forma, el total de horas anuales trabajadas asciende a 3.025 cuando el máximo legal es de 1.800 horas.
UGT había denunciado reiteradamente el hecho a la inspección de trabajo, que como mucho puede imponer multas de hasta 90.000 euros, acumulando hasta ahora 600.000 euros de multas. De este modo, la empresa se ahora un tercio de los puestos de trabajo para producir lo mismo, y le supone un ahorro anual del orden de 4,5 millones de euros.
En esta situación, no entiendo como Inspección del Trabajo no actúa de oficio contra esta empresa y sugiere a UGT que presente una querella criminal. Mientras a las empresas les salga económicamente rentable vulnerar no sólo la legislación laboral y tratar a los trabajadores de una forma tan humillante y esclavista, no será de extrañar que volvamos a leer algo de este tipo en cualquier momento. Si ya se hace con muchos inmigrantes sin papeles, a quienes se obliga a trabajar en condiciones que nos llevan un par de siglos atrás, no es tan raro que algunas actitudes de este tipo sigan existiendo en nuestro pais, en la Galicia de Fraga (como es el caso) o en cualquier otro sitio.
Recomiendo leer el artículo completo de El Mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario