domingo, agosto 15, 2004

Pequeñas odiseas veraniegas en la ciudad

Agosto, mes de las vacaciones por excelencia, tiene sus cosas en las ciudades. Si, hay de todo, tiendas para cubrir todas las necesidades básicas sin problemas, y la gran ventaja de que hay mucha menos gente. Barcelona no es una excepción.

Pero no todo son ventajas. Algunas cosas no tan imprescindibles, pero que a mi en particular si me apetecen y considero necesarias, a veces poderlas tener se convierte en una odisea. Y ahora llevo unos días viviendo una.

No es nada del otro mundo, pero soy un empedernido lector de El Jueves, lo llevo comprando cada semana salvo rarísimas excepciones desde hace muchísimos años, pero esta semana aún no lo he conseguido...

Kioscos cerrados por vacaciones por todas partes, algunos abren sólo de 8 a 2 o 3, justo dentro del horario laboral... Total, que a la salida del trabajo pocos puedo encontrar abiertos. Y así empieza el miércoles la odisea... Volviendo para casa, ninguno abierto. Vale, ya lo compraré el jueves... Localizo un kiosco abierto, y nada, no les ha llegado... Ninguno más abierto, viernes por la tarde, después de las compras, ronda a buscar kioscos abiertos... Localizo 2, agotado ya... Sigue el sábado por la mañana, lo mismo, el que está abierto, no lo tiene ya. Y hoy domingo no he encontrado ningún kiosco abierto excepto uno ya visitado.

Mañana que me acercaré al centro, espero tener suerte y no quedarme sin mi ejemplar!

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