Algunas veces cuando se nombra a algún alto cargo o ministro, se comenta sobre su historial político el paso por distintas formaciones políticas, algunas no sólo muy distintas, sinó que muy distantes. Conocidos son los casos de Piqué y Pilar del Castillo, de jóvenes militantes trotskistas y ahora ambos en el PP.
Tanto cambia uno para pasar de la extrema izquierda a la derecha? Porque del antiimperialismo tradicional de la llamada extrema izquierda, con un gran componente explícitamente antiamericano, pasar a las reverencias serviles de Piqué a Bush, implica un salto abismal.
Pilar del Castillo no se queda corta, para que comentar como ministra de educación las vías por las que ha optado, devolviendo la religión (profesores pagados por todos, enseñanza no sometida a ningún control de contenidos) como asignatura puntuable. Donde está el 'laicismo' de entonces? Claro que lo dicho por ella ahora, es si cabe peor... hablando de que gente que habitualmente no vota lo ha hecho ahora por la alta tensión emocional. No es bueno que en democracia vote cuanta más gente mejor? O si los votos no van como ellos quieren, es mejor que la gente no vote?
Yo siempre cuando he oido que alguien tenía un pasado trotskista, ya me echaba a temblar, pensado menudo elemento nos viene... No voy a entrar en valorar a Trotsky ni a sus seguidores, ya que me parece algo que poco o nada pueda interesar a casi nadie hoy en día, pero si recordaré un chiste que había en determinados ambientes a finales de los 70 y primeros de los 80, donde la proliferación de partidos trotskistas era muy notable: 'dos trotskistas, un partido, tres una escisión, y 4 una internacional'. Siempre han sido considerados gente sin principios, oportunistas, y su comportamiento apunta plenamente a esto.
También se ven comportamientos de este tipo en algunos medios, donde periodistas supuestamente con mentalidad de izquierdas y en términos de libertad (como libertad digital, a la que no enlazo expresamente) sólo tienen un blanco y ven errores y problemas en la izquierda, de un modo que alaban y siguen a pies juntillas no sólo a la derecha más tradicional, sinó que se comportan casi como sus ideólogos más básicos y reaccionarios, y les perdonan todo, no como perdón, sinó que no les ven problema alguno en nada de lo que hacen. No creo en modo alguno que sean ni vendidos ni nada por el estilo, les veo como el mismo ejemplo de gente como Piqué o Pilar del Castillo, gente sin principios. Y como tales se comportan.
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