Pasadas ya unas cuantas horas de la sorpresa electoral de este domingo, creo que vale la pena hacer un análisis de las posibles razones de este resultado. Muy poca gente aventuraba una victoria socialista, sólo recuerdo al propio Zapatero decir una semana antes (no recuerdo el día exacto) que confiaba con ganar por 1 punto las elecciones.
Antes de analizar los cambios que se han dado en el pais desde el pasado jueves, creo que es importante hacer referencia a las encuestas que se publicaron últimas, sobretodo a la amplia encuesta del CIS que ya comenté.
Muchas veces al leer noticias, nos quedamos en el titular, en el resultado final, pero en esa encuesta me entretuve particularmente en leerla toda, todas las preguntas y las respuestas. Mientras en el resultado global de la encuesta daban por ganador al PP, por la suma de la intención de voto más la proyección estimada, unas preguntas arrojaban una duda importante: mientras el 63,4% pensaban que iba a ganar el PP y un 11% el PSOE, el dato de quien desearían que ganara era el PP un 32,1% y el PSOE un 34% y frente a la preferencia de a quien se quería como presidente, Rajoy obtenía un 33% y Zapatero un 34,1%.
Con estos datos, dependiendo mucho de la campaña los resultados podían variar sustancialmente, porque se parece intuir una voluntad de cambio pero desconfianza en que se materializara. En este contexto, el resultado que se ha dado, no es tan descabellado, sobretodo teniendo en cuenta el desarrollo de la campaña y los semi-sondeos posteriores, que apuntaban a una reducción de la diferencia entre unos y otros.
En ese contexto, las repercusiones del jueves, lo que a mi juicio se dió es una mayor voluntad de participar en las elecciones, y ante el cúmulo de despropósitos e intoxicaciones informativas y policiales (como ya han expresado su queja los corresponsales extranjeros, y la policía alemana por la errónea información que se les facilitó sobre los explosivos) muchos indecisos acabaron de decidirse por votar por un cambio, recordando otras intoxicaciones informativas anteriores tipo Prestige y guerra de Irak o la aprobación del PHN 'por cojones', por poner tres ejemplos claros. Incluso esto explica el que un importante número de votantes de IU traspasaran su voto al PSOE para que ganara, como han admitido el propio Zapatero y Llamazares.
En este sentido, creo que el PSOE debe ser muy consciente que su situación no es la de una gran victoria propia, sinó sobretodo una derrota ajena, la del PP y sus formas. Y creo que en gran medida, su gestión se valorará en función de la transparencia informativa y el que los grandes proyectos de su futuro gobierno no sean una imposición en contra de la voluntad del resto.
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