Ayer cuando vi que en un control fronterizo israelí que detenían a un chico de 14 años con un chaleco de explosivos me quedé un poco trastocado, pero más aún cuando oí que hace unos pocos días fué con otro de 10 años, aunque ese llevaba un paquete sin saber nada de su contenido.
Puedo entender los odios que sigue generando el conflicto entre palestinos e israelís, demasiadas muertes en ambos lados y de una forma que es muy dolorosa para todos, por más que no los comparta, pero una cosa que me parece muy despreciable es usar a niños para sus fines. Es a lo que lleva el fanatismo religioso, que llegado un punto, ni escrúpulos tiene con quien no tiene capacidad para decidir por si mismo.
Como aparece en la viñeta, si vamos mirando atrás, perdemos por completo el origen del problema y buscarle una solución, todo parece reducirse a quien será el siguiente en matar. Y esa dinámica se debe romper.
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