Hace un rato que volví de la manifestación, muy importante nuevamente, seguramente con menos gente que hace poco más de un mes, pero muchísima más que el sábado pasado. Aunque el tono de la gente no fuera pesimista, la situación no invita a otra cosa que a ser pesimistas. Muchos eslogans, muchas consignas, unas muy graciosas, otras más serias, pero ante todo me quedo con una: 'No en mi nombre, no con mi silencio', por una razón, fuera de las elecciones apenas nada puedo hacer en contra de quienes deciden por mi casi siempre en contra de lo que pienso y mi voz no puede ser escuchada casi nunca. Poco puedo hacer, es cierto, es el sistema que tenemos, no entraré a valorarlo ahora, pero cuanto menos, efectivamente, no cuentan con mi silencio, no puedo quedarme callado ante esto.

Me duele especialmente, como barcelonés, que precisamente esta semana haya empezado la guerra, donde los bombardeos a las ciudades son una de las bazas, cuando se cumplen precisamente 65 años del primer bombardeo indiscriminado sobre una gran ciudad por parte de la aviación. Fué en 1.938 en Barcelona, donde en bombardeos realizados por aviones italianos con base en Mallorca provocaron la muerte de alrededor de 1.000 barceloneses.

En homenaje a tantos muertos civiles en una guerra (también lamento las muertes de los militares, son igualmente personas) voy a poner en un lugar bien visible en esta página un contador que se va actualizando con los datos contrastados de muertes de civiles en esta guerra, para no olvidarlos y tenerles presentes, porque estos son anónimos, pero para mi tanto o más importantes que otros de los que hemos podido, como me imaginaba, ver a sus familiares llorarles unos recordando con rabia a Bush que había muerto su único hijo, y a otros, que aún lamentando su muerte, celebraban que este otro soldado americano hubiese elegido dejar su trabajo para 'defender' su pais. Un recuerdo para todos estos muertos, pero sobretodo para los anónimos y olvidados, si alguien merece que se les recuerde es a estos.