lunes, septiembre 06, 2004

Reflexiones tras la matanza

La impresión que me causó el brutal resultado del secuestro en la escuela de Beslan (Osetia del norte, Rusia) es tal que no salgo de mi asombro. Aunque en esencia, la valoración que hago no cambia apenas en función del resultado.

Puedo entender y compartir hasta cierto punto, las aspiraciones independentistas chechenas, es un derecho reprimido a sangre y fuego por la federación rusa, pero una guerra del tipo que sea contra sus opresores hay cosas que no las justifica ni por asomo. Puedo entender el atentado que mató al último presidente checheno casi impuesto por los rusos, pero un secuestro como este, nunca lo comprenderé ni compartiré.

Las barbaridades rusas en Chechenia no tienen parangón en europa en los últimos decenios, a lo sumo, se puede comparar con algun episiodio de la antigua Yugoslavia, pero hay para mi cosas que no tienen justificación posible ni defensa de ningún tipo.

Alguien que secuestra a cientos de niños, los envuelve en explosivos, y amenaza con matarles, a gente que no tiene culpa ni responsabilidad alguna por nada, es algo muy despreciable. Es ir a matar por matar, por muy justas que pudieran ser sus reivindicaciones, que clase de patria quieren construir esta gente con estos principios?

Putin tiene sus responsabilidades por el conflicto checheno, y por no haber gestionado correctamente esta situación, pero los únicos culpables de lo sucedido son los propios asaltantes, ellos son quienes en su barbarie, ya pusieron como posibles víctimas a niños que nada podían entender y merecen quienes lo hayan preparado y orquestado lo peor que les pueda pasar.

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