martes, noviembre 08, 2005

Un paseo

Un día festivo cualquiera, una fresca mañana otoñal, luce un espléndido sol, que nos invita a un buen paseo, y así nos vamos a la playa, un paseo por la arena, descalzos, sintiendo el fresquito del agua, que se acerca y se va, nos moja.

Hay poca gente en la playa, nos sentimos como si no hubiera nadie, como si fuera una playa sólo para nosotros, y lo que al principio es sólo mojarse los pies, nos incita a adentrarnos más en el mar, la calma que se respira nos invade, nos hace sentir en profundidad esos momentos tan bellos que pocas veces tenemos por el trepidante ritmo de cada día.

Son esas pequeñas cosas que nos arrancan sonrisas al recordar este momento, y que nos llevan a pensar en cuando encontraremos otro momento así.

No hay comentarios: