lunes, julio 18, 2005

Espías, comunicaciones y errores.

A raiz de los atentados de Londres del 7-J, una de las medidas que han barajado rápidamente los gobiernos, sobretodo el británico, es establecer unas medidas que les permitan tener un control sobre las comunicaciones privadas. Se quiere obligar a proveedores telefónicos y de internet, a guardar datos de llamadas, correos y sms que se envien, de quien a quien y fecha y hora, por ahora dicen que sólo esto, no el propio contenido.

No voy a entrar a rebatir lo preocupante que es este tipo de control, ya se ha comentado en muchos blogs y sitios durante estos días, es sin más un grave antentado a la intimidad de cada uno y una violación de un derecho constitucional, así de claro.

Pero si voy a discutir la posible eficacia de esta posible medida. Para la prevención del terrorismo, sin duda la mejor arma policial es la prevención, el control de los grupos susceptibles de cometer atentados, y el seguimiento de determinadas personas. Más datos les permitirían mejorar a los servicios de seguridad y espionaje? Yo tal como los veo hasta ahora, lo tengo clarísimo, no les ayudaría en nada.

Fallaron estrepitosamente el 11-S en NY, posteriormente se supo que no se investigó el que hubiera gente haciendo cursos de pilotaje interesados en sólo volar, no en aterrizar y despegar, por poner un ejemplo. El 11-M en Madrid, la guardia civil no siguió a conciencia una trama de robo de explosivos, y alguno de los autores fué seguido y descartado como peligroso. Y algo parecido se conoce ahora de alguno de los autores del 7-J en Londres, que fué seguido e investigado, pero considerado luego no peligroso a pesar de todos los indicios de viajes a Pakistan y contactos con grupos extremistas.

Pero no pasemos por alto la mayor chapuza de los servicios de seguridad ingleses y americanos, los 'inequívocos' datos sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak...

Ante tanta chapuza de espías, necesitan más información o bien aprender de sus propios errores? Porque en todos los casos, se ha demostrado que de haber actuado de otro modo, algo más podrían haber hecho para evitar esas matanzas.

Tras los atentados, con poblaciones pidiendo a sus gobiernos eficacia, es relativamente fácil 'colar' medidas de dudosa legalidad, pero que difícilmente van a ayudar a la prevención de nada. Si quieren ser más eficaces, deberán cambiar bastante en su modo de actuar y ver como se han equivocado en sus criterios para no considerar peligroso a quien realmente lo era.

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