Tras la pausa de rigor, allí apareció Eric Burdon, y fué intercalando entre sus grandes clásicos algunos temas de su último album. Sin sus medias melenas de antaño, sin quitarse ni un segundo las gafas, con sus grandes dotes de comunicador. Muchos momentos geniales y para disfrutar, un concierto en el que se le vió cantar con ganas a pesar de haber suspendido el concierto de Alemania dos días antes.Poco a poco fueron sonando Don't Bring Me Down, We Gotta Get Out Of This Place, When I Was Young, una impresionante Don't Let Me Be Misunderstood, la para mi sin par y toda una declaración de principios, It's Muy Life, y una larguísima y vibrante Tobacco Road, un pelín contradictoria interpretación cuando antes del concierto se pidió por los altavoces que la gente no fumara.
Un brevísimo descanso, dió paso a un tema en el que partició en los teclados Georgie Fame, una buenísima versión del Little Queenie de Chuck Berry.
Y el remate final, House Of The Rising Sun, de la que pongo un pequeño fragmento de unos 21 segundos con video y audio (mejor botón derecho sobre el enlace y 'guardar destino como... para poderlo descargar y ver).
Sólo hora y media, escasa, pero muy intensa y genial. Y es que la buena música, los buenos artistas, ya pueden llevar 40 años en la escena, que siguen poniendo el alma en cada concierto, como anoche Eric Burdon.
Un par de imágenes más.
Y esta otra, que sin ser la que prometí, seguro que hace las delicias de cierta persona que mejor cuenta como lo vivió ella misma ;) A los teclados y el violín...
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