Pocas veces consiguen los anuncios televisivos atraer mi atención y sorprenderme, pero hace unos días, lo ha conseguido el que promociona la expo de Zaragoza de este año.
Ayer a la hora de comer, fuimos un compañero, mi jefe y mi director, y mientras yo me temía una comida 'mundialista' en la que me iba a sentir como el último mono que no se entera de nada, uno soltó que le había encantado también ese anuncio, y claro, lo comentamos al resto, lo sorprendente que es en si, y como invita precisamente a la reflexión y al debate.
Todo viene por las 'consecuencias' de estando dos amigos juntos, poner el aire acondicionado o no, que si el calentamiento global, lo necesario y lo no necesario... Lo bueno, es que llegan a la misma conclusión los dos, sea 'despilfarrando' energía o evitando lo superfluo, vuelta a nuestros orígenes, al campo, sin lujos, sin industria, y sin nada, si crecemos demasiado, nos lo cargamos todo y no hay otra opción que volver atrás, o simplemente, volvemos atrás para no cargarnos al mundo, ya que todo es prescindible, y pone el ejemplo de las neveras (muchos siglos ha vivido la humanidad sin ellas).
Es sorprendente que ambos lleguen a las mismas conclusiones, y evidentemente, el rigor al tratar el tema en el anuncio, no es su fuerte, pero lo bueno que tiene es que invita a reflexionar sobre lo que es realmente superfluo y lo que no, que es el crecimiento sostenible, y como no, la cantidad de pequeñas cosas que podemos hacer diariamente que caminan en un sentido u otro.
No tengo mucha idea del contenido de esta expo de Zaragoza, leí hace tiempo algo sobre el aprovechamiento hidráulico, pero este anuncio me ha despertado un poco el gusanillo, me parece una muy buena forma de promocionar algo ya despertando nuestras propias reflexiones. Mi enhorabuena a sus creadores y a quienes han optado porque una idea así, sea la 'carta de presentación'.
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