La otra noche tuve la oportunidad de escuchar en La nit al día, una entrevista a los dos cabezas visibles de la asociación catalana de vícitimas de organizaciones terroristas, y me llevé una sorpresa enorme aparte de comprender la división que hay entre las distintas asociaciones.
El pasado miércoles, diferentes asociaciones marcaron claramente sus diferencias y desacuerdos con la que ha convocado de nuevo (la presidida por Alcaraz)para este sábado una manifestación contra la negociación con ETA y pidiendo la verdad del 11-M (curiosa coincidencia reivindicativa). Están separadas de esa asociación, la de Catalunya, Valencia, Andalucía, Galicia, y creo que también la de Navarra, y alguna más de Euzkadi. Obviamente tampoco está con esta la del 11-M que preside Pilar Manjón.
Aparte de las muchas diferencias, lo que me chocó abiertamente, fue lo que comentaron de los cambios que hubo en el 2003 y propiciaron esta separación. En contra de lo que se ha afirmado muchas veces, la asociación catalana no recibe subvenciones de la Generalitat, sinó que lo que hace es financiar los programas de ayuda médica y psicológica a las víctimas. Que sucedió en el 2003? Pues que la asociación presidida por Alcaraz, abandonó esos programas de ayuda. Y eso es lo principal que reclaman estas otras asociaciones de víctimas, que sean atendidos como tales.
Al margen de orientaciones y manipulaciones políticas, me parece algo inconcebible, igual que a ellos, que la principal finalidad que deben tener, atender a las víctimas, desaparezca. Que pretenden entonces? Aparte claro, que hablan de algunas víctimas como si fueran sus socios, cuando ni lo son ni quieren saber nada, como Pilar Manjón.
No voy a cuestionar la legitimidad de nadie en pedir lo que le parezca oportuno, y aún no compartiendo bastantes planteamientos que oí en esa entrevista, si comparto plenamente que la principal finalidad de estas asociaciones debe ser ayudar a las víctimas, pero claro, eso es un trabajo la mayor parte de las veces silencioso, y que apenas trasciende...
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