Un tema de actualidad aunque no sea la portada de nada ni merezca grandes titulares, es la cada vez más palpable realidad del agotamiento de muchas zonas de pesca. La sobreexplotación desoyendo tantos y tantos avisos, provoca esto, que muchas flotas tengan que hacer parones obligatorios por la desaparición de la práctica totalidad de los caladeros.
Las técnicas de pesca, con la introducción de sonares y muchos más medios, ha provocado que durante un tiempo fuera menos azarosa la pesca, y así han ido disminuyendo progresivamente muchas capturas, y si fuera poco esto, la contaminación marina, aporta un granito más de dificultades a la naturaleza para mantener ese equilibrio propio.
Suele pasar, que como los efectos no se ven de golpe, no se piensa en lo que se está provocando, como si los recursos naturales fueran ilimitados, cuando no lo son, forman parte de un equilibrio que se puede romper con gran facilidad, como ocurre con tantas otras cosas. Es como el efecto de las actuales sequías, que aún siendo cíclicas en gran medida, se ven agravadas por la desaparición de bosques, talas indiscriminadas, y el mucho descuido medioambiental.
Mucho se puede hacer aún para que no sea nada de esto irreversible, y aunque parezca una tontería, medidas como las aprobadas hace poco por el gobierno japonés, de hacer que no sea tan 'obligatorio' el traje y corbata en el trabajo, y por lo tanto el aire acondicionado no deba estar tan fuerte, son pequeñas medidas que contribuyen a no desperdiciar tanto los recursos naturales.
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