domingo, septiembre 28, 2003

Vaya mañana!

Aunque por el título pueda parecer otra cosa, la verdad es que ha sido una mañana muy agradable. La niña ya llevaba varios días diciéndome que la llevara al zoo otra vez, cosa muy normal ahora que tanto se está hablando del poco tiempo que le queda al copito de nieve, y que los críos van comentando y preguntando. Estaba la amenaza de lluvia, y esta noche llovió, pero como no llovía a la hora que me despertó, y como parecía que las lluvias serían sobretodo por la tarde, pues le dije, venga, nos vamos.

En el camino, un paseito, bien, nublado, y alguna gotita que caía en algún momento pero nada, sin problemas. Pero dentro del zoo ya no ha sido lo mismo, a ratos llovía un poco, a ratos no, a ratos volvía a llover un poco, pero puedes ir a varios sitios donde algunos animales están en recintos cubiertos, y no se moja uno. Por supuesto, no me llevé paraguas, ni para ella ni para mi. Como otras veces, lo pasó genial, sobretodo porque esta vez me marcó ella la ruta, primero el copito de nieve, luego los delfines, los lobos, y para acabar, leones y tigres, y en el trayecto entre unos animales y otros, pues más cosas. Llega el momento de irnos para casa, prepararnos la comida, y no llueve, nos vamos.

Salida: empiezan a caer algunas gotas. Por un momento pienso, aunque andando estemos cerca, si veo un taxi lo pillo, no sea que se ponga a llover más fuerte y la niña se ponga tonta... No veo ninguno, y prefiero para acortar camino ir por una calle en obras, y cortada al tráfico... Se pone a llover un poco más. No pasa nada, ya nos hemos mojado un poco antes, pero no será nada... Ja! Cuando estamos en una zona donde no hay ningún balcón de una casa bajo la que guarecerse ni ningún portal ancho, se pone a llover fuerte... Pienso, parará en un momento, buscaré cualquier rincón para protegernos... Encuentro uno, muy estrecho, es una salida de emergencia de una biblioteca, nos queda un espacio como de medio metro de ancho y 3 metros de largo. Pienso que será suficiente. Empieza a apretar más, y llega un momento que nos tapa tan poco que nos empezamos a mojar bastante. Yo empiezo a pensar, bueno, la que me va a liar la niña ahora... empezará a protestar porque se moja. Pero no, le voy contando cosas, nos reimos de que tenemos los pies empapados, y que si apreamos los pies en el suelo nos sale agua... Total, media hora así, ella me va preguntado, papa, tienes los pantalones mojados? Pues si, más arriba de las rodillas empapados, con mi camisa la he tapado un poco a ella, y claro, la camisa empapada. Cuando ha aflojado un poco, nos hemos ido, todavía nos quedaba un poco para llegar a casa, pero bien.

Hablamos, los dos con el pelo empapado, la ropa más o menos lo mismo, pero divertidos, ella me pide permiso para pisar charcos, y empapados como estamos, como voy a decirle que no! Si para cruzar alguna calle ponemos los pies en el agua! Vamos, que me he sorprendido de que se lo haya tomado todo tan bien, y mientras íbamos llegando, ya hemos acordado que haremos al llegar a casa. Lo primero, encender el horno, ducharnos, luego secarnos el pelo, y acabar de preparar la comida. Menuda siesta luego! Por más que haya llovido, y nos hayamos empapado, lo hemos pasado muy bien, y yo me he sorprendido mucho de que ella entienda bien mis explicaciones y haya aceptado con tanta gracia una situación tan ridícula.

No hay comentarios: