jueves, junio 19, 2003

Una historia personal

Leyendo una historia que contaba Fernando el pasado domingo, me hizo acordarme mucho de mi abuela, ya que sin ser lo mismo, si hay rasgos que me la recordaron, y con sus 98 años, desde luego dió mucho de si. Lo primero que recuerdo de ella, por cosas que me comentó mi madre, es que teniendo sólo 2 años, su madre se la llevó de su pueblo en aragón a BCN, disputas familiares muy graves, llevaron a mi bisabuela a cogerse a su hija y abandonarlo todo, familia incluida, y así llegaron solas a una gran ciudad, a principios del siglo XX. Pocos detalles conozco de mi bisabuela y de mi abuela, pues obviamente, lo que recuerdo son cosas de pequeño, muchos detalles agradables y sobretodo, su enorme paciencia con sus nietos.

Su vida no fué fácil, como la de mucha gente de su generación, la guerra civil marcó para siempre sus vidas, ya de por si poco fáciles. Tuvo 2 hijas y un hijo, la mayor murió antes de la guerra de una meningitis fulminante, y mi madre apenas si la recuerda, y pocas fotos o recuerdos de ella he visto nunca. La guerra fué difícil, pero también lo fué la posguerra, ya que mi abuelo estuvo tras ella un tiempo en un campo de concentración franquista. Recuerdo cyando iba con ella a por leche con la lechera esa que alguna gente sólo ha visto en dibujos, a la vaquería del lado de su casa, y podía yo ver vacas en pleno barrio de Gracia. Trabajó como guantera durante bastante tiempo, y se nota... teniendo yo unos 15 años, me regaló unos guantes, que todavía me duran y aunque viejos, van perfectamente.

Lo que más me sorprendió de su vida, fué su gran fortaleza, quedó viuda los 25 últimos años de su vida, y nunca imaginamos que sobreviviera tanto a mi abuelo, mi madre recuerda que cuanto todavía podía andar, su ritmo andando era tan fuerte que dejaba a mi madre atrás siempre. Podría contar muchas cosas divertidas y buenas, pero como anécdota, sobre los tiempos 'modernos', recuerdo que una vez, ya viviendo en casa de mis padres, recibió una carta del banco que debía ir a su oficina para que comprobaran que estaba viva y poder seguir pagándole la pensión. Obviamente, mi madre la llevó a la oficina más cercana y no a la suya, porque eso ya bastaba. Pues bien, ella nunca lo entendió, nunca entendió que hubiera ordenadores, y menos que se comunicaran entre ellos a gran distancia.

Seguro que ella, tampoco entendería ahora que yo escribiera algo sobre ella en un ordenador, y lo dejara a la vista de mucha gente, que lo pueda leer y saber de su existencia sin siquiera conocerme en persona a mi...

Claro que para sorprendente de verdad, fué acabar sabiendo a ciencia cierta que tuvo un hermano, al que nunca conoció. No se si por ser otro hijo de su padre, o por lo que fuera, pero el caso es que mi madre, por algun tema que tuvo que mover de no se que, se enteró del hecho, consiguió ponerse en contacto con la familia, y que finalmente se conocieran en persona hará unos 8 años, cuando faltando unos 5 años para que muriera, todavía conservaba momentos de lucidez. Una historia realmente curiosa, y que siempre recuerdo con mucho cariño.

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