domingo, diciembre 28, 2003

Las inocentadas

Ya un poco mejor del resfriado, supongo que mañana ya estaré bien, hoy echo mucho de menos las grandes inocentadas que se daban en los medios de comunicación. Cada año era bueno ir a la caza de la noticia falsa en los periódicos, planteada como noticia casi bomba o bastante absurda. Algunas reconozco que estaban bien curradas, pero ahora ya no hay nada de esto, o apenas nada por ningún sitio. Claro, bastantes noticias ya nos cuelan bien cocinadas y aderezadas para que en nada se parezcan a la realidad, como para encima tener esfuerzos creativos.

Pero para esfuerzos creativos, quien no los tiene es la flamante ministra de exteriores... Ayer la oí en la tele en un extracto que no han vuelto a pasar y que me pareció digno de inocentada cruel y de mal gusto... Refiriéndose al terremoto de Bam en Irán (me callaré los ingentes esfuerzos del gobierno para ayudar a bomberos especializados a desplazarse a la zona, de tal modo que se han vuelto para su casa sin salir de pais), va y tan tranquilamente hablando de la catástrofe suelta algo parecido a esto: 'hay que hacer muchos esfuerzos de reconstrucción para los heridos y muertos que han quedado sin casa'. Vamos, que si algún problema tienen los muertos no es precisamente el de la vivienda, ese si que no lo tienen.

Volviendo a las inocentadas, recuerdo de pequeño y no tan pequeño, cuando por la calle era bastante normal ver a alguien con un muñequito pegado con celo al abrigo, hecho al que desde luego, no voy a negar que aporté mi granito de arena, era algo diferente, divertido y que me gustaba. Echo un poco de menos el espíritu más festivo con el que vivíamos antes esta fecha.

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