jueves, diciembre 11, 2003

Problemas con los teléfonos

Comentaba Nika el otro día sus problemas por una dirección equivocada y confusiones, con todos los problemas que le conlleva. Recuerdo hace unos años, cuando me fuí de casa de mis padres... No tardé mucho en ponerme teléfono, un número que además era guapo. A los pocos días, una llamada, preguntaban por un tal no recuerdo que nombre, y yo claro, que ni idea, que se equivocaba. Unos días después, lo mismo, otra persona.

Poco a poco el tema parecía convertirse en un pequeño infierno, cada día como 2 o 3 llamadas así, unas más agradables, otras menos y con quejas. Yo sin entender nada. Una mujer preguntó un día por el servicio de camping gas... mosqueo ya. No recuerdo cuando y a quien, pero en una llamada, con muchos mosqueos ya, le pregunté a la persona que llamaba que de donde sacaba ese teléfono, y me contó que venía en una factura de una tienda... Más mosqueo, y le pregunté que cuando hacía que había comprado lo que reclamaba y me dijo que el día antes... Con un cabreo de narices, pedí que me diera el nombre y dirección de la tienda y otro número que hubiera en la factura, y me lo dió.

Llamé a la tienda preguntando que como pasaba esto... Habían dado de baja un teléfono, y seguía estando en las facturas, y a veces no se acordaban de tacharlo... Con buenas formas, les dije que por favor, cambiaran los papeles cuanto antes y que no se les pasara tachar el mío... Disminuyeron los problemas, pero eso no evitó que durante por lo menos 3 años hubiera alguna llamada esporádica.

Lo más gordo, una vez que a las 10 de la noche llama uno, con un problema en un remolque de una caravana, y por más que yo le decía que eso era un domicilio particular, él insistía en contarme su historia, y cada vez de más mala leche, me decía que ya valía de largas y que al día siguiente a las 9 de la mañana estaba en la puerta... Yo tan tranquilo le dije que por mi sin problemas, que hiciera lo que le diera la gana y le dije que colgaba. No volvió a llamar, pero me sorprendía su negativa a atender a razones.

Como suele pasar, hubo una época en la que recibía llamadas molestas, y la primera vez que una noche el teléfono me molestó... dejé encendido el ordenador, con su módem conectado a la línea y en modo respuesta, como si esperara a que alguien llamara para conectarse. Mano de santo... ese día acabaron esos problemas de llamadas. Me imagino la cara que pondría quien fuera al responder el módem con los pitidos tan agradables directamente a la oreja, ja ja ja.

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